La Millennium Tower en San Francisco prometía lujo y estabilidad, pero comenzó a hundirse e inclinarse poco después de su inauguración. Departamentos millonarios se volvieron fuente de demandas, miedo y reparación multimillonaria. Un recordatorio de que incluso lo más lujoso puede tambalearse… literalmente.
San Francisco. Zona sísmica. Suelo de relleno. Y sobre ese combo, un rascacielos de 58 pisos y más de 400 millones de dólares. ¿Qué podría salir mal?
La Millennium Tower, inaugurada en 2009, fue vendida como el nuevo ícono residencial de la ciudad: vistas espectaculares, arquitectura de vanguardia, seguridad sísmica, lujo absoluto. Pero en poco tiempo, el edificio comenzó a hacer algo que ningún comprador de departamento multimillonario quiere escuchar: empezó a hundirse. Y a inclinarse.
Lo que parecía un símbolo de riqueza urbana, pronto fue comparado con la Torre de Pisa, solo que con demandas legales, grietas en los muros… y mucha más frustración.
La torre fue construida sobre una base de losa flotante, sin llegar a la roca firme, lo cual es técnicamente viable… pero arriesgado en una zona con suelo blando y riesgo sísmico. Para cuando se hizo evidente, el edificio ya había descendido más de 45 cm y se había inclinado unos 45 cm adicionales hacia el noroeste.
Esto no solo hizo que las puertas se trabaran y los pisos crujieran: algunos residentes aseguraban que el agua no drenaba bien, los vidrios vibraban y aparecían fisuras internas. Todo esto en departamentos que costaban entre 3 y 10 millones de dólares.
La controversia se volvió escándalo nacional. Apareció en noticieros, documentales y revistas. Los desarrolladores fueron demandados, la ciudad fue criticada por haber aprobado el diseño sin anclaje a la roca, y los vecinos… atrapados entre abogados, ingenieros y millones en juego.
Se propuso un plan de reparación millonaria para estabilizar la torre, instalando pilares adicionales que sí llegaran hasta la roca madre. Pero el trabajo ha sido lento, costoso y aún no garantiza que el problema se detenga por completo.
La Millennium Tower es una lección monumental: no importa cuánto brille una fachada si lo que está debajo no es sólido. El lujo se ve bonito en los folletos, pero cuando el suelo tiembla, lo que importa es la ingeniería bien hecha. Porque cuando el edificio más caro del barrio se empieza a hundir… todos lo notan.